La importancia de normalizar el duelo
En una publicación anterior ya hemos hablado del duelo y su definición. Como ya se explicó, el duelo es una reacción de dolor ante la pérdida de cosas a las que la persona estuviera vinculada.
El duelo es algo universal, todos en algún momento lo hemos sentido, pues todos hemos perdido cosas a lo largo de nuestra vida. Pero ¿cómo podemos saber si el duelo es normal o se está complicando?
La forma en la que nos afecta el duelo está muy mediada por diferentes circunstancias. Se tienen que tener en cuenta diversos factores como la importancia que tenía lo perdido para la persona, como se dió la pérdida, las características personales del doliente, sus estrategias de afrontamiento, si se dispone de una red de apoyo o no, si puede hacer rituales de despedida, su estado emocional, etc.
Por eso no hay dos experiencias de duelo iguales, solo parecidas. Cada uno lo vivimos de una manera diferente.
Sin embargo, algo que suelen compartirse son un amplio conjunto de sentimientos y conductas que son normales después de cualquier pérdida. Estas sensaciones, cuando se alargan en el tiempo, o su intensidad es muy elevada, nos pueden dar pistas de que estamos ante un duelo patológico.
¿Cuáles son las manifestaciones normales de duelo?
Hay un conjunto de manifestaciones que son normales a lo largo del proceso de duelo.
Sentimientos
- Tristeza
El más frecuente de los sentimientos, puede generar miedo ante la intensidad con la que puede aparecer.Puede darse que se intente bloquear esta tristeza, pero es fácil que siga expresándose en diferentes momentos. - Ira
Otro de los sentimientos más frecuentes, si no se reconoce puede dar lugar a dificultades. Su origen puede encontrarse en dos lugares: frustración por no haber podido evitar la pérdida, y una experiencia regresiva. Es normal estar enfadado, y se tiene que cuidar que ese enfado se dirija al lugar correcto, procurando que no sea hacia uno mismo o hacia personas o situaciones que no tengan nada que ver. - Culpa y remordimiento
También es frecuente sentirlo. Suele ser irracional y se tiene que trabajar confrontando con la realidad.
Ansiedad: desde una sensación leve hasta ataques de pánico, a más intenso y duradero sea más señal de alerta es. Suele surgir por sensaciones de cuidado personal y por temor a que el mundo no sea un lugar donde estar a salvo
Soledad: sobretodo en situaciones de duelo por fallecimiento, surge un sentimiento de sentirse solo. - Fatiga
Un cansancio que puede expresarse con apatía o indiferencia. - Desamparo
Sensación de haber sido abandonado - Shock
Sobre todo cuando la pérdida es repentina. - Añoranza
Es frecuente echar de menos - Emancipación
Sensación de libertad, de un camino que se abre con posibilidades. Es una sensación que puede generar confusión si es positiva para la persona. - Alivio
Sobre todo si la pérdida marca el final de una etapa de sufrimiento. Puede verse acompañada por culpa. - Insensibilidad
Sensación de no sentir, aparece sobre todo al principio, como un modo de ayudar a la persona a confrontar todos los sentimientos.
Sensaciones física
- Opresión en el pecho.
- Hipersensibilidad al ruido.
- Vacío en el estómago.
- Opresión en la garganta.
- Falta de aire o de aliento.
- Sensación de que nada es real.
- Falta de energía.
- Sequedad de boca.
- Debilidad muscular.
Cogniciones
Hay pensamientos que también son normales, sobre todo al comienzo del proceso de duelo, y que suelen desaparecer con el tiempo.
- Incredulidad
No creerse lo que ha pasado suele ser de los primeros pensamientos que surgen. - Confusión
Cuesta ordenar los pensamientos y pueden surgir fallos de memoria. - Preocupación
Puede aparecer en forma de pensamientos intrusivos, rumiación persistente y diversos pensamientos obsesivos sobre la pérdida. - Sensación de presencia
Se puede creer que, sobre todo en casos de duelo por persona fallecida, la persona sigue estando a nuestro lado. - Alucinaciones
Son frecuentes como experiencias ilusorias pasajeras.
Conductas
Y, por último, también hay conductas que suelen aparecer tras una pérdida y que con el tiempo suelen corregirse.
- Trastornos del sueño
Dificultades para dormir o mantener el sueño - Trastornos de la alimentación
Puede darse que comamos de más o de menos. - Conducta distraída
Hacer cosas sin prestar atención o sin tener claro por qué. - Retraimiento
Suele ser normal un aislamiento frente a los demás. Queremos estar solos. Y en muchas ocasiones puede venir acompañado con perder interés por el mundo que nos rodea. - Soñar con la pérdida.
- Evitar recordar
Evitando situaciones que favorezcan el recuerdo - Buscar y llamar en voz alta
Sobre todo en casos donde lo que se haya perdido es un ser querido. Llamamos a la persona que hemos perdido. - Suspirar.
- Hiperactividad y agitación
Mantenerse ocupado y no poder estarse quieto. - Llorar
Llorar no es necesario, pero es normal. Ayuda a sentirse aliviados. - Visitar lugares o llevar objetos que recuerden la pérdida.
- Atesorar objetos relacionados con la pérdida.
Bibliografía:
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. (2019). PROTOCOLO DE ATENCIÓN AL DUELO EN LA COMUNIDAD DE MADRID.
Bellver, A., Gil-juliá, B., & Ballester, R. (2008). Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento. Psicooncología, 5(1), 103-116.
Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.